Llega el verano y nos gusta broncearnos, exponiendo nuestra
piel al sol de una manera directa en algo que puede resultar un poco peligroso
si no tomamos las precauciones adecuadas. Evitar las horas más duras, no
ponernos durante demasiado tiempo y sobre todo, tener protección solar, es lo
que no nos puede faltar.
Esa protección, como seguramente ya sabrás, puede ser de
diferentes factores. Encontramos cremas con números que suelen ir desde el 10
al 50, más o menos. ¿Qué significa eso? Es simplemente el factor por el que
debemos multiplicar el tiempo que nuestra piel permanecerá protegida. Por
ejemplo, si nuestra piel es sensible y se enrojece con estar solo 10 minutos al
sol, utilizando una crema factor 30 multiplicaremos esos 10 minutos por 30,
resultando 5 horas de protección.
Es recomendable, no obstante, renovar cada dos o tres horas
la crema sobre nuestra piel, ya que el sudor, la arena, el viento y demás
agentes externos pueden neutralizar en parte el efecto de la protección.
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