La llegada de los smartphones hace una década abrió un nuevo
mundo de posibilidades para los usuarios de teléfonos móviles, que ahora los
llevaban encima en todo momento y los utilizaban como herramienta de
comunicación e información. Incluso antes de dormir, en la propia cama, es
usual tener el móvil a mano para mandar mensajes.
Esto puede llegar a ser muy perjudicial para nuestro sueño,
puesto que estamos exponiéndonos a una pantalla de una luminosidad
considerable, a una distancia muy cercana a nuestros ojos. Lo mismo ocurre con
las tablets, sobre todo si las utilizamos en un ambiente oscuro, donde la única
luz sea la de la propia pantalla.
Esa luz afecta a nuestros ritmos circadianos y nos podría perjudicar
a la hora de dormir bien, ya que nuestro cerebro todavía estaría demasiado
activo cuando intentáramos quedarnos dormidos. Eso podría conllevar mal sueño,
cansancio, apatía e incluso un riesgo importante de obesidad y otros problemas
más graves. Por eso hay que ser cuidadoso a la hora de utilizar estos
dispositivos justo antes de dormir.
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