Aprovechar el verano para descansar, estar con la familia,
visitar otros sitios en las vacaciones… y ponernos muy morenos, todo lo que
podamos. Esos son los objetivos de mucha gente, y para cumplirlos no hace falta
demasiado, aunque este último, el de ponernos morenos, habrá que tener cuidado
para no pasarnos.
Y es que como ya sabrán, los problemas de la piel derivados
de una exposición extrema al sol pueden ser muy peligrosos. Pero podemos
ponernos morenos sin necesidad de hacer peligrar nuestra piel, siguiendo unos
consejos básicos de seguridad para tenerlo todo bajo control en cada momento:
- Evitar las horas centrales, entre las 12 y las 17, al ser las más peligrosas.
- Utilizar protector solar mínimo factor 30, bien extendido y repuesto cada dos horas.
- Potenciar los alimentos como tomates, espinacas o lechuga, que potencian la formación de melanina a la vez que protegen nuestra piel.
- Secarse bien después del baño es indispensable, ya que el efecto lupa que generan las gotas de agua en nuestro cuerpo favorecen las quemaduras de la piel.
- No olvidar la sombrilla, el sombrero o gorro y las gafas de sol, para que los rayos no incidan directamente sobre nosotros.
- No dejes de echarte protector nunca, ni cuando estés ya moreno/a ni cuando el día esté nublado. Los rayos UVA siguen ahí.
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